‘El blues de Beale Street’ es una película intimista y cautivadora que se centra en el amor para denunciar las injusticias sociales más crueles y desgarradoras.
Hace dos años Barry Jenkins consiguió el Oscar a mejor película con Moonlight. Un drama dividido en tres actos que contaba la historia de un niño homosexual afroamericano que crecía en un suburbio conflictivo de Miami. Ahora ha decidido llevar el libro ‘El blues de Baele Street’ a la gran pantalla. Una nueva forma de acercar la realidad social al espectador medio, para denunciar que muchas veces ‘la vida que nos toca vivir’ no es la vida que merecemos.
La película, al igual que el libro, cuenta la historia de amor de Tish y Fonny, y cómo en el momento en el que ella se queda embarazada con tan solo 19 años, él es acusado en falso de violación y encerrado en la cárcel. Un drama donde la clase social y la lucha racial hace que el amor más puro quede desgarrado, y que la justicia solo sea una palabra al servicio de los que tienen el poder.
Barry Jenkins narra de forma única su tercera película. Mediante los momentos más bonitos y bellos, deja entrever los más crueles y desgarradores, pero sin enfocarse en la oscuridad, sino regocijándose en la luz. Una película intimista y cautivadora que se centra en el amor y en los momentos de la vida que realmente merecen la pena, también cuando el dolor es señal de la devoción hacia otra persona. El primer beso, la primera caricia, el recuentro con un amigo, una madre defendiendo a su hija, una hija defendiendo a su madre, un padre sacrificándose por su familia o el nacimiento de una nueva vida que nace con nuevas esperanzas.
Pero aunque las zonas oscuras queden desterradas de la película, no hay huecos sin completar. Entiendes todo lo que ha sucedido, cómo ha pasado y la razón por la que ha sido así. Y sientes la rabia y la impotencia de como toda una familia queda dañada por la mala suerte. Una y otra vez insisten en que ‘hay que vivir la vida que te ha tocado’, como si hubiese cosas que se escaparan de tus manos, que no puedes evitar y con las que debes aprender a vivir. Y es cierto, pero no por ello menos triste e injusto. Por eso la película se queda con lo bueno, porque en la propia historia de tu vida, eres tú quien decide lo que merece la pena recordar y lo que es mejor desterrar.
‘El blues de Baele street’ consigue de forma sutil contar una verdad desgarradora. Una maravillosa película llena de enseñanzas y formas de afrontar la vida, pero que también sirve para denunciar una realidad a la que muchas personas se enfrentan en su día a día . Barry Jenkins puede convertirse en la voz de una generación de cineastas que acerquen las injusticias sociales al cine para concienciar al público mediante la empatía y la comprensión, ayudando a romper barreras y prejuicios y convirtiendo el cine en algo más que puro entretenimiento.
