“ ‘Stefan Zweig: Adiós a Europa’ está cargada de ideas interesantes, las ideas de un intelectual cuya historia bien merecía ser contada.»
Stefan Zweig fue un prestigioso escritor austriaco, que se vio obligado a exiliarse de la Alemania de Hitler debido a su procedencia judía. Sin embargo, tras su muerte, su obra fue cayendo poco a poco en el olvido. Una obra que está más a la orden del día que nunca, pues su ideología anti-bélica y a favor de una Europa unida resulta ser muy necesaria en los tiempos que corren.
Tal vez sea esta la razón que ha llevado a Maria Schrader a traernos este Biopic bajo el nombre ‘Stefan Zweig: Adiós a Europa’. Una película que nos cuenta su vida desde su exilio a Brasil. País del cual acabó profundamente enamorado por representar todo aquello que él quería para Europa; una amplia multitud de razas conviviendo de forma feliz y pacífica.

Esto provocará una fuerte contradicción en su vida, que se verá perfectamente reflejada en la película. Por un lado, el amor por esa tierra que acaba de descubrir. Por otro, dejar atrás su patria, sumida en el caos, sabiendo además que otra Europa era posible. Como demostraba el nuevo país que acababa de conocer.
Una contradicción a la que deberá oponerse para continuar haciendo su labor. Pues en su posición de intelectual, siente que es su deber ofrecer un debate racional como respuesta ante la barbarie. Una ideología basada en el convencer, en lugar de vencer. Y que provocará confrontaciones con aquellos que consideran que no se está posicionando con suficiente vehemencia frente a la Alemania nazi.

Maria Schrader logra componer las escenas con grandísima habilidad. Componiendo planos y escenarios cargados de detalles, que reflejan fielmente los sentimientos que abordan al protagonista en cada momento. Un gran dominio de la narración que ayuda a comprender en profundidad todos los matices e ideas que tiene esta historia.
‘Stefan Zweig: Adiós a Europa’ está cargada de ideas interesantes, las ideas de un intelectual cuya historia bien merecía ser contada. Una historia de amargura y de esperanza. De países que abandonamos, pero no olvidamos. De sueños que parecen imposibles. Y sobre todo, del dolor que se siente al pensar en quienes se han quedado atrás.