En el despertar de la fuerza JJ Abrams nos trajo un producto que, si bien resultaba entretenido, no aportaba grandes novedades al universo de Star Wars, quedándose en la zona de confort sin explorar nuevos horizontes. Al fin y al cabo de trataba de un remake donde primaba la presentación de los nuevos y antiguos personajes por encima de la trama y la historia, y donde una nueva estrella de la muerte debía ser destruida por los rebeldes. En definitiva, una película que si bien cumplía, no arriesgaba.
Y fue entonces cuando Rian Johnson se puso a la cabeza de la segunda parte de la nueva trilogía, creando una película que da a Star Wars una nueva identidad y quemando los cimientos de la historia original para resurgir de nuevo. Una declaración de intenciones que, pese a ser un golpe bajo para los nostálgicos, ha sido un atisbo de esperanza para todos aquellos que creen en la evolución hacia el futuro de la saga, usando el pasado como ejemplo pero no como guía.
Una historia a la altura
La película comienza en el momento preciso en el que finaliza ‘El despertar de la fuerza’, con Rey entregando la espada láser a Mark Hamil. Aunque parece que Luke no está dispuesto a unirse a una lucha que ya abandonó hace años, cuando no pudo controlar la fuerza de su propio sobrino. Por lo que el entrenamiento de Rey tendrá que ser autodidacta mientras el ermitaño Luke se empeña en ignorarla.
Por otro lado la flota de los rebeldes ha sido perseguida por la primera orden, haciendo que la falta de combustible les impida huir y ponerse a salvo. Lo que les llevará por un lado a tratar de desconectar el localizador dentro de la nave enemiga , y por otro abandonar la nave nodriza y refugiarse en un planeta cercano. Mientras, Rey comienza a tener una conexión con Kylo Ren, donde percibe cierta luz y esperanza. Pero que se disuelve cuando este la entrega al líder supremo Snoke, usándola de cebo el joven Ben Solo, para acabar con el maestro Sith, y alzándose como nuevo líder.
La película finaliza con Kylo Ren tratando de destruir a los últimos supervivientes de la rebelión los cuales, con la ayuda de Luke y de Rey, conseguirán huir en El Halcón Milenario esperando que la tercera parte de la trilogía resuelva lo que por ahora solo ha sido una vía de escape.
EL FIN DE UNA ERA
La película bien puede dividirse en dos partes, una más irregular e infantil, aunque con la esencia de las antiguas películas. Y una mucho más madura que siembran los cimientos de lo que está por llegar en la saga. ‘Los últimos Jedi’ quiere romper con todo lo anterior, algo que no paran de repetir una y otra vez diferentes personajes a lo largo de los 150 minutos que dura. Y es que ya es hora de dejar la nostalgia a un lado y comenzar de nuevo.
Además el que comienza ese cambio, esa trasformación en Star Wars, es el mismísimo Yoda. Que como buen sabio y maestro acaba dando lugar al fin de una mitología reduciendo a cenizas todo lo que han tratado de proteger durante décadas. Y con la ironía que le caracteriza, hace entender a Luke, y a los espectadores, que la verdadera fuerza no reside en los libros ni en las tradiciones, sino en el interior de las nuevas generaciones.
Pero esta oda a lo nuevo no solo aparece en la luz, sino que la oscuridad también se rinde al renacer. Hasta el propio Kylo Ren cuando mata al emperador quiere dejar claro que un nuevo villano se ha alzado. Uno que no necesita una máscara para parecerse a Darth Vader, ni a un emperador al que servir. Kylo Ren es el representante del lado oscuro, un monstruo al que hemos visto nacer, y no la copia de su abuelo.
Todas estas ideas, expuestas una y otra vez durante el camino, concluyen con el alegato final de Luke a las puertas de la entrada a la cueva. Y se dirige al verdadero lado oscuro, el de los fans aferrados a la nostalgia, dejando claro que ni se ha acabado la esperanza, ni la lucha ni los jedi; sino que ahora todo eso vive en lo nuevo, vive en Oscar Isaac, vive en Finn y vive en Rey.
ENCONTRÁNDONOS A REY
Una de las grandes dudas que nos dejó la anterior película tenía que ver con Rey y su origen. Muchas habían sido las especulaciones, incluso se aseguraba que se trataba en verdad de la hija de Luke . Pero la realidad es mucho más sencilla y revolucionaria de lo que pensábamos. Frente al insuperable ‘Yo soy tu padre’ o el descubrimiento de Luke y Leia como hermanos separados al nacer, cualquier sorpresa habría parecido forzada. Finalmente se ha descubierto que sus padres eran chatarreros que la vendieron siendo pequeña. Y claro, los detractores han vuelto a protestar por el mundano linaje de la joven,
Hollywood nos ha acostumbrado a que los grandes héroes tienen que tener un gran pasado. Y que los protagonistas vienen definidos por su legado. Pero en ‘El despertar de la fuerza’ este es otro tópico que desaparece. Rey es hija de chatarreros, Finn es un desertor de la primera orden y Poe Dameron es un gran piloto a pesar de no tener la fuerza de su lado. Star Wars está construyéndose desde los cimientos y creando su propio legado, con tres protagonistas que vienen de la nada pero que suponen el todo para el futuro.
SER UN HÉROE O SERVIR A LA LUZ
‘Los últimos Jedi’ también es revolucionaria por los pequeños detalles y la dualidad de los personajes. En todas las demás películas de Star Wars siempre sabías a qué lado de la fuerza pertenece cada persona, o bien a qué lado acabarán perteneciendo. Por mucho que trataran de persuadir a Luke con la oscuridad, siempre supimos que el héroe no dudaría a la hora de servir en a la luz. Sin emabargo, la conexión que se ha creado entre Kylo Ren y Rey es tan poderosa que no podíamos asegurar el camino real que tomaría cada personaje, y hacia donde continuaría la trama ¿Se convertiría Rey en una villana a pesar de la promesa hecha a Luke?
Pero ellos no eran los únicos donde la duda estaba presente. La almirante Holdo también nos hace dudar, y frente al heroísmo y decisión de Poe dameron, nos muestra una templanza y una autodeterminación en la que llegamos a ver al mismo enemigo. Sin embargo, lo único que ella escondía el plan para salvarlos a todos. Haciendo posible que la chispa de la resistencia sobreviva. Y es que ‘ella prefería salvar a la luz antes que ser un héroe’.
Aunque al final todos ellos acaban definiéndose en un lado. Siguen hablando del bien o mal, de la luz y oscuridad. Entonces llega Benicio del toro, mostrando cuál es el verdadero poder: el del dinero. Haciendo del casino el mundo capitalista que conocemos. Vendiéndose al mejor postor.
UN FINAL ESPERANZADOR LLENO DE CINE
«No se lucha por destruir aquello que odias, sino por salvas lo que amas» es la frase que le dice Rose a Finn, antes de salvarlo de un acto heroico y estúpido. A veces hay que huir para poder salvarse, en lugar de sacrificarse. Una lección que incluso Poe Dameron aprende, buscando esa salida en la cueva y no luchando ante una muerte segura, mostrándose por primera vez como un verdadero líder. Además insisten en el amor como la verdadera motivación para la lucha, en vez del odio. Dos mensajes poderosos e inspiradores donde se muestra esa madurez que caracteriza la segunda parte de la cinta.
El final es el cierre perfecto a una película que aboga por el cambio. Una escena que no necesita diálogos ni discursos, sino que es una lección de cine. En ella aparece un niño recreando la heroica escena de Luke y su sacrificio para el bien de la rebelión. Un momento simbólico con el que la leyenda de Skywalker cobra vida, justo cuando más esperanzas y aliados necesitaba la rebelión. Y se ve a la perfección en el pequeño, el cual con un simple gesto muestra que la fuerza está de su lado, mira a las estrellas y alza el palo de la escoba como si de una mismísima espada láser se tratara. Porque esto no es el final, solo un nuevo comienzo.
