El 17 de julio de 1997, Andrew Cunanan disparó al conocido diseñador de moda Gianni Versace en la puerta de su casa de Miami, muriendo poco después en el hospital. Un crimen que conmocionó a la opinión pública y que Ryan Murphy ha querido resucitar en la segunda temporada de American crime Story: el asesinato de Gianni Versace.
¿QUIÉN ERA ANDREW CUNANAN?
De ascendencia filipina e italoamericana, con un cociente intelectual de 147, y un padre corrupto, se presenta Andrew Cunanan. Un chico brillante que no supo canalizar su talento, y se adentró en una espiral de violencia en la que acabó con la vida de hasta cinco personas. Ryan Murphy, que ya nos trajo en la primera temporada otro de los asesinatos más sonados y uno de los juicio más polémicos de todos los tiempos, el que sentó a O.J. Simpson en el banquillo, ha vuelto para hacer de los Versace las víctimas de la envidia y la fama.
Pero no nos engañemos, por mucho que Gianni y su hermana Donatella sean la parte más atractiva, glamurosa, y por qué no, colorida de la serie, es Andrew Cunanan, interpretado por Darren Criss, el protagonista indiscutible. La serie se centra en él, su vida y su obra. Una obra cruel y despiadada perpetuada por cinco asesinatos que le darían eso que tanto ansiaba desde pequeño, la fama.

LAS VÍCTIMAS
La serie tiene una narración inversa . Comienza con el momento más significativo de la serie, el disparo, la sentencia de muerte que acabó con el famosos diseñador en la puerta de su casa. Y a partir de ahí conocemos poco a poco al asesino, centrándonos en cada uno de sus otros crímenes y descubriendo finalmente qué le enfocó a convertirse en el ser despreciable en el que acabó convirtiéndose.
Su primera víctima fue el ex- marine Jeffrey Trail, retirado del ejército por su orientación sexual y que en el momento de su muerte trabajaba en una fábrica de gas propano. Un joven que sufrió el desprecio y la intolerancia de primera mano, obligado a dejar su sueño para poder ser él mismo. Y que cometió el mayor error de su vida el día que conoció a su asesino, del que incluso llegó a ser amigo. Pues fue Andrew Canunan, el que un 27 de abril de 1997, le mataría con un martillo, asestándole varios golpes mortales, envolviéndolo en una alfombra acto seguido y dejándolo tirado al encuentro de su cadáver. Y todo por la sospecha, aunque parece que acertada, de que este último tenía una relación con David J. Madson.
Su segunda víctima es curiosamente su único ‘amor verdadero’. O al que al menos consideraba que lo era. David J. Madson, un prometedor arquitecto, del que se enamoró de forma instantánea al cumplir los requisito del éxito que tanto admiraba: joven, guapo y prometedor. Pero tras un par de citas, David en seguida se dio cuenta que el chico al que acababa de conocer no era trigo limpio, y acabó manteniendo su amistad por pena. Andrew sin embargo seguía obsesionado con el arquitecto, hasta el punto de matar a Jeffery por celos, secuestrar a David para huir a México, y matarlo pocos días después al entender que este solo estaba con él por miedo.
Un día después de su segundo asesinato, Andrew Cunanan fue directamente al encuentro con su tercera víctima. Un promotor inmobiliario llamado Lee Miglin de 72 años, que había contratado más de una vez al joven con el objetivo de mantener encuentros sexuales. Lee le invitó a su casa a sabiendas que su mujer, Marilyn Miglin, la conocida creadora de fragancias, no estaría en casa. Pero cuando ésta volvió a los pocos días, se encontró la casa desordenada, y a su marido muerto, con símbolos de haber sido torturado y asesinado de forma brusca. Andrew había matado a Lee asestándole hasta veinte puñaladas con un destornillador, tras haberle atado previamente con cinta adhesiva y aprovechado para robarle varias pertenencias de valor.
Su cuarto asesinato no tiene motivos pasionales envolviendo el crimen. Ni siquiera conocía a su victima. Simple y llanamente Andrew Cunanan necesitaba una furgoneta, y mató al agente de seguridad William Reese para poder robarle la suya. Una falta de empatía y de humanidad del asesino, que frente a los crímenes pasionales anteriores, es aquí donde se aprecia finalmente su frialdad.

GIANNI VERSACCE
Andrew Cunanan presumía de haber conocido de forma íntima al diseñador de moda italiano. Incluso aseguraba haber trabajado con él en más de una ocasión. Si bien es cierto que seguramente coincidieran alguna vez (ambos frecuentando los mismo sitios en Miami, Gianni como cliente y Andrew como empleado), los testigos aseguran que fueron encuentros ocasionales que no llegaban a las grandes mentiras que contaba el asesino.
Para Andrew, ver al triunfador y reconocido modista, le mostraba lo que él no podría ser nunca. Un sentimiento de envidia y odio, que unida a su necesidad de convertirse en alguien especial, le llevaron aun 15 de julio a disparara al famosos diseñador en frente de su casa.
American Crime Story, profundiza más en la vida del creador italiano, que en las otras víctimas de Andrew. Le vemos de pequeño, apasionado por la moda y ayudando a su madre en la confección; observamos como supera una enfermedad que casi lo lleva a la tumba, contemplamos su salida del armario de forma pública y conocemos su relación con su amante durante diez años Antonio D’Amico, interpretado curiosamente por Ricky Maritn. Pero sobre todo vemos la conexión que le une a Donatella; dos hermanos que se adoraban y discutían a partes iguales. Vemos como cada uno de ellos era la inspiración del otro, musa y creador, que convirtieron a Versace en un imperio de la moda. Penélope Cruz se pone la peluca rubia platino para interpretar a Donatella. Con voz grave y acento fuerte, andares bruscos e incluso masculinos en medio de tacones de infarto, se transforma por completo en la diva Versace.

ANDREW CUNANAN, EL HOMBRE QUE DISPARÓ A GIANNI VERSACCE
Pero pasemos finalmente a él, al verdadero protagonista, al asesino en serie que en menos de dos meses acabó con la vida de cinco personas, a sangre fría y disfrutando de cada muestra despiadada de arrogancia. Para profundizar en el por qué de sus actos, aunque no comprenderos, American Crime Story nos lleva hasta su infancia. Donde su padre tuvo bastante que ver en la creación de un monstruo. Haciéndole sentir especial hasta el punto de mimarle de forma enfermiza, mientras ignoraba al resto de sus hijos. Le dio la habitación principal de la casa, le llevó al mejor colegio, le compró un coche caro, y todo mientras malversaba fondos para poder permitirse una vida lujosa que no le correspondía. Por lo que el patriarca de los Cunanan acabó huyendo a Filipinas para librarse de la justicia mientras dejó al resto de la familia en una situación de pobreza y desesperanza, que chocaba completamente con la vida con la que Cunanan había imaginado para él mismo.
Así fue como Andrew decidió prostituirse para poder aspirar a una vida que él consideraba digna. Su inteligencia y verborrea le ayudaron a conectar con clientes de edad avanzada, que le proporcionaron una vida de lujo y privilegio durante algún tiempo. Pero Andrew no quería ser el segundo de abordo, él quería ser la estrella, el que tuviera la fama y la fortuna y que su generosidad le convirtiera en el centro de atención. Esas aspiraciones serían su perdición.
Efectivamente no lo consiguió, y acabó consiguiendo la fama de una forma completamente distinta a lo que había imaginado. En un arranque de locura, se convirtió en una estrella, pero del panel de más buscados del FBI, a los que consiguió evitar durante más de dos meses, hasta que ocho días después de acabar con la vida de Versace, fue finalmente acorralado en una casa flotante en el puerto de Miami, donde acabó con su vida antes de que pudieran capturarlo. Con la misma pistola que robó a su primera víctima, apuntó a su cabeza y apretó el gatillo.
Así es como finalmente Andrew Cunanan, veinte años después de que sucedieran los hechos, se ha convertido en una estrella gracias a Ryan Murphy. Un joven brillante que cegado por una vida que no podía alcanzar, decidió acabar con la de aquellos que sí lo habían logrado.
