
«The End: los mejores finales de la historia del cine» es un repaso subjetivo y pasional sobre los mejores momentos finales de películas. Además se trata de un documentado ensayo, lleno de anécdotas y curiosidades que nos transporta a través de sus páginas por la historia del cine. Finales magníficos y llenos de anécdotas que han dado películas imprescindibles, no solo para los más cinéfilos, sino para cualquiera.
Estuvimos con su autor, Iván Reguera, para hablar de cómo surgió la idea de llevar a papel esos finales que han quedado grabados en nuestra memoria y que nos han hecho (o harán) aficionarnos al séptimo arte. Porque como el propio Iván nos contó, «The End es una declaración de amor al cine».
Podéis descubrir más sobre el libro en el enlace.
«The End» es un repaso subjetivo y pasional sobre los mejores finales de películas, así como un documentado ensayo lleno de curiosidades y anécdotas. Pero sobre todo es una declaración de amor al cine.
¿Cómo surgió la idea de hacer un libro sobre finales?
Al principio quería hacer un libro sobre “Los mejores momentos de la historia del cine”, aquellos que definen una película. Por poner un ejemplo, la escena en la que se oye la Marsellesa en «Casablanca», es de esos momentos que recuerdas cuando piensas en la película. Quería contar cómo se escribieron y rodaron esas escenas. El editor dijo finalmente, «y por qué no cogemos esa idea pero lo hacemos mejor sobre finales». Y eso es lo que hicimos.
El libro se titula “The End” en honor al mensaje final con el que acababan antiguamente todas las películas. ¿Echas de menos encontrar esa despedida en el cine?
A mí me encantaba ese final, de hecho me da pena que no se siga haciendo. En el libro explico cómo uno de los que acaba con esa tradición fue Hitchock con su película “Los pájaros”, prescindiendo del The End para crear más confusión en la gente y que no supieran hasta qué punto la película había acabado. De hecho a la salida del cine pusieron sonidos de pájaros para atemorizar más a los espectadores.

¿Cuál consideras que es el público objetivo del libro?
Es un público muy amplio. Podría haber hecho un libro académico, pero ni me apetece escribirlo, ni me apetecería leerlo. Yo escribo lo que me gustaría leer. Este libro lo puede leer mi madre, mi vecino y un crítico de cine. No quería meterme con términos técnicos, y he utilizado un lenguaje ameno y cercano. Creo que tanto los libros como las críticas hay que escribirlos para que lleguen al público y que disfruten leyendo. Si no, haces una tesis.
Vemos que la estructura del libro y sus finales está dividida primero por directores y luego por décadas ¿Por qué has elegido esta distribución?
Hay directores que cuidan mucho sus finales y otros no tanto. Hay directores que tienen buenas películas pero no los recuerdas por los últimos momentos. Esos fueron a décadas. Por ejemplo, el final de “La Cosa” merecía estar en el libro, pero John Carpenter no tiene tantos finales buenos como para dedicarle un capítulo. Sin embargo John Huston o John Ford, Billy Wilder sí que los recuerdas por grandes finales y merecían un capítulo para ellos solos.

¿Qué crees que es más fácil, hacer un buen principio o un buen final?
Es tan importante para mí el final como el principio, pero es posible que sea más complicado hacer un buen final. Como dijo William Goldman «los minutos más importantes de cualquier guion son los quince primeros y los quince minutos vitales de cualquier película son los quince últimos».
¿Consideras que «The End» se trata también de una guía de cine y recomendaciones?
Sí, es un libro divertido también porque igual que disfrutas leyendo los finales de las películas que has visto, te apetece descubrir las películas que aparecen y aún no has disfrutado. Y además tienes la seguridad de que el final va a ser bueno, y que tras verlo puedes leer las anécdotas de esos últimos minutos retomando el libro.( Todo ventajas.)
También está plagado de datos, curiosidades y anécdotas. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?
Resumiendo te diría que la biblioteca nacional, mi biblioteca, IMDB y sobre todo el contenido extra en los DVDs. Hay oro en el contenido adicional de los formatos físicos. Además encontré información que no la he leído en ninguna parte y que es realmente interesantes. He aprendido muchísimo mientras hacía el libro. Por decir algunos ejemplos, hablaría de la escena final de «La profecía» y como esa mirada del niño y posterior sonrisa es improvisada; o que en la última escena de «La semilla del diablo» no se ve al bebé, sino que es un recuerdo de cuando Rosemary es atacada por el propio diablo. Y por supuesto me he vuelto a ver todas las películas de las que hablo, y sobre todo, los finales.

Desde el principio dejas claro que a pesar de ser un libro documentado y con películas imprescindibles no deja de ser un ensayo subjetivo…
Es un repaso personal, aunque hay mucha información. Pienso que “Lo que el viento se llevó” es aburridísima, y es mí opinión. El cine siempre es subjetivo, no puedes canonizar este arte. Incluso tú mismo puedes cambiar de opinión. Al principio «Lost in Translation» y «Blade Runner» iba a incluirlos en la Antiguía de cine, y al volver a verlas, me fascinaron y las incluí en los mejores finales. Estamos muy acostumbrados a las categorías y a personas con una opinión muy cerrada, pero hay que darse margen y quizás cambies de opinión al volver a ver una película.
Siguiendo en este terreno personal, ¿Cuál consideraras que es el mejor final de película?
Es difícil decir un solo final, te daría una lista. Una película depende mucho del momento que lo veas y el estado de ánimo. Pero si pudiera decir un final que es especial para mí es “2001: Odisea en el Espacio”. Con un final tan enigmático y moderno, y es que se trata de una película que va a otro nivel. Yo siempre me emociono al verlo.
En el libro se puede observar que mencionas continuamente a los guionistas. ¿Quieres reivindicar su papel en estos finales de película?
El libro está dedicado a los guionistas, porque la mayoría de los finales se les han ocurrido a un escritor en su casa. Y hay que tener mucho talento y trabajar mucho para que se te ocurra el final de “El planeta de los simios”. Soy muy fan de los guionistas, son muy maltratados en el cine y con este libro quiero darles el reconocimiento que merecen hablando de ellos y sus obras. Por ejemplo, el final de «E.T. el extraterrestre» no es de Spielberg, es de Melissa Mathison. El guion es fantástico, y claro que Spielberg sabe rodar y dirigir actores de forma maravillosa, pero ambos son los artífices de ese final. Un final que, por cierto, sigo viendo y emocionándome.

¿Hay películas que se han quedado en el tintero a la hora del hacer el libro, pero que si tuvieras más páginas incluirías?
Sí, no creo que dé para una segunda parte pero sí. Me he fiado mucho de mis recuerdos y preguntado a la gente. Y alguno ha caído de recomendaciones. Podría decirte “Veredicto final” por darte un ejemplo que podía haber entrado. Si realmente te quieres poner a hacer una segunda parte te pones, pero ya no los disfrutaría tanto, porque los finales de este libro son evidentes para cualquiera . De los más importantes no falta ninguno.
En la portada del libro aparece la escena final de «Con faldas y a lo loco» y además las páginas están plagadas de imágenes de las películas de las que hablas. ¿Qué opinas del diseño?
Estoy encantado con el diseño. No he participado nada, solamente en las descripciones de las fotografías y señalando qué planos finales quería que acompañaran a las páginas. Hay algunos planos muy específicos que necesitan aparecer para que veas de lo que te estoy hablando. La portada la tenían muy clara. Tenía miedo de que el libro fuese horizontal y no vertical, pero lo cierto es que destaca y llama la atención.
¿Alguna conclusión final sobre «The End», o algo más que te gustaría añadir?
Creo que se trata de un libro para disfrutar durante mucho tiempo. Puedes señalar qué películas tienes que ver, además te picas para verlas, y luego leerte ese capítulo. La gente ve obras maestras cada día, y el problema es que muchas veces no se han visto un montón de películas que realmente son obras maestras y que estoy seguro que disfrutarían. “El apartamento” o “Casablanca” son películas que cualquiera puede disfrutar, solo falta que las descubran. Y esa, de alguna forma, es la labor de este libro.
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