A pesar de que la comedia en ‘Thi Mai’ no convence, su parte dramática es tan humana y real que hace de este viaje una historia entrañable.
Cuando recibe la noticia de la muerte de su hija María, el mundo se acaba para Carmen (Carmen Machi). Pero cuando le anuncian que el proceso de adopción que había comenzado María antes de su muerte, la idea de poder adoptar a la que hubiese sido su nieta le vuelve a dar la ilusión por seguir adelante. Y acompañada de sus dos mejores amigas, Rosa (Adriana Ozores) y Elvira (Aitana Sánchez Gijón), viajará a Vietnam para encontrase con esa niña que le espera en el otro lado del mundo.
Una entrañable aventura sobre tres mujeres distintas pero unidas por una amistad, que ante la tragedia de una de una de ellas no dudan en embarcarse en un viaje todas juntas en busca de un sueño imposible. Elvira, una prejubilada que piensa que sus días útiles han acabado; Rosa, una ama de casa a la que su familia tiene abandonada y Carmen, con la tragedia reciente ahogando su vida. Un viaje de descubrimiento a Vietnam que les abrirá no solo la mente, sino también nuevos caminos en sus vidas.

Una tierna historia que empeño por suavizar el drama acaba abusando de la comedia. Y es precisamente ahí donde falla. Primero porque la subtrama en solitario de Andrés (Dani Rovira) es prescindible, a pesar de que como parte del grupo encaja a la perfección; y lo segundo, porque el personaje de Rosa deja de ser entrañable para convertirse en irritante. Los diálogos que pretenden ser graciosos acaban siendo ridículos, y los juegos de palabras podían haber estado mucho más conseguidos.
Sin embargo la parte dramática es sensacional. Con un matrimonio formado por Carmen (Carmen Machi) y Pedro Casablanc, que si a nivel interpretativo están francamente bien, además su historia nos trasmite verdad y emoción llegándonos profundamente. Y es que Carmen Machi es una actriz polifacética que lo mismo te hace reír que llorar. Y no solo de una película a otra, sino de una escena a la siguiente.

Si Thi Mai hubiese arriesgado más podría haber sido una película muy digna. Si hubiese olvidado por un momento el ámbito comercial de la comedia española, y se hubiese centrado en esa parte que la hace tan especial, la parte humana y real, el resultado habría convencido mucho más. A pesar de todo ello consigue ser disfrutable gracias a la historia, y entrañable gracias a sus personajes.