Molly’s Game nos muestra cada victoria y cada tropiezo que hicieron de Molly una auténtica princesa del lujo y el poder.
Los biopics son ventanas a través de la cual descubrimos a personas sorprendentes con historias increíbles. En ocasiones son incluso personajes públicos de los que conocemos sus vidas superficialmente, pero desconocemos todo lo que hay detrás del titular de periódico. Así hemos descubierto a la mujer que hay tras la reina Isabel II en The Crown o la egolatría del mismísimo Steve Jobs en Jobs. En el caso de Molly Bloom, su nombre no es tan conocido, pero su historia sin lugar a dudas es sorprendente.
Para los que no sepáis su historia, Molly comenzó su carrera como esquiadora olímpica. Pero tras sufrir un brutal accidente que la apartó del candelero, decidió tomarse un año sabático antes de entrar en la facultad de derecho. Aunque lo que se suponía era un tiempo de reflexión antes de encaminar su vida, se convirtió en un peligrosos sendero entre partidas de póker de lujo que ella misma organizaba. Malas decisiones que la llevaron a juicio, y cuando nadie confiaba en Molly, su abogado apostó por ella.

Con una inteligencia muy superior a la media, una presencia imponente y un vestidor que era la envidia de cualquier celebrity, la princesa del póker hacía de sus partidas el lugar donde actores, productores, empresarios y más personajes influyentes y multimillonarios daban rienda suelta a su ludopatía. Con un precio de entrada de hasta 250.000 dólares y apuestas millonarias, consiguió la fama, fortuna e influencia que tanto ansiaba.
Aaron Sorkin, guionista reconocido, ha decidido ponerse tras las cámaras y dirigir a Jessica Chastain en un papel que lleva su nombre. Una acertada dirección que sabe combinar pasado y presente para dotar de más dramatismo a la historia y explicar por qué Molly acabó enganchándose a su propio juego. Además hace de la relación abogado cliente una conexión tan humana como real, sacando a la princesa del castillo para darle la oportunidad de bajar a la tierra y enfrentarse a sus propios miedos.

Jessica Chastain dejó claro desde hace un tiempo que solo haría papeles de mujeres fuertes e interesantes, y éste es sin lugar a dudas uno de los mejores ejemplos que podrían habérsele ofrecido. Molly es mujer perspicaz que tiene muy claro con las cartas que juega, y aún así decide apostar alto para conseguir el puesto social que ella considera que le corresponde. Eso hace que su fuerza e insistencia traspase la pantalla.
‘Molly’s Game’ nos lleva a un gran ritmo sin dejar que nos perdamos, guiándonos no solo en los acontecimientos, sino en las propias sensaciones para lograr entender por qué una joven con tantas cualidades se metió en un mundo tan peligroso. Y de una forma magistral, consigue mostrar cada victoria y cada tropiezo que hicieron de Molly una auténtica princesa del lujo y el poder.