Sumido en polémicas, como casi todo lo que ha acontecido a Roman Polanski a lo largo de su vida, el director estadounidense firma su nueva película, ‘Basada en hechos reales‘. El artífice de la ya mítica película de terror, ‘La semilla del diablo‘ y de otros grandes éxitos como ‘El pianista‘ o ‘Chinatown, no ha conseguido en esta ocasión estar a su propio nivel, dejando como resultado una película menor.
Delphine (Emmanuelle Seigner) es una escritora que acaba de triunfar con su último libro, y que ahora se enfrenta a la ansiedad de no saber qué escribir para su esperada próxima novela. En estas circunstancias conocerá a Elle (Eva Green) ,una misteriosa escritora y ferviente admiradora de su trabajo. Elle se convertirá en su apoyo moral mientras intenta superar el miedo a la página en blanco y dar comienzo a su nueva obra.
‘Basado en hechos reales’ arranca de forma prometedora. Generado una atmósfera de tensión y misterio que logra atraparnos en su historia. Con ideas interesantes como las crisis creativas, la contradictoria depresión que puede sobrevenir tras el éxito, o la parte real de cada autor que va implícita en su obra.
La relación que surge entre ambas protagonistas, y los secretos que cada una esconde, se convertirá en el principal motor de la trama. Sin embargo, a medida que esta avance, veremos como la atmósfera que nos cautivó no resulta ser una herramienta para captar nuestra atención, sino más bien una forma de ocultar una historia con potencial pero falta de desarrollo.
La tensión del misterio desaparece a medida que nos damos cuenta de lo familiar de la historia. Comenzamos a tener la sensación de que aquello que estamos viendo ya lo hemos visto decenas de veces en otros tantos relatos. Y nuestro interés se esfuma por completo, mientras vemos cómo se van cumpliendo todas y cada una de nuestras predicciones.
‘Basada en hechos reales’ lo apuesta todo a su intento de sorprender al espectador. Por eso en cuanto logramos verle los hilos y descubrir el truco todas sus lagunas nos resultan más evidentes. Sus aciertos comienzan a verse sobrepasados por sus fallos, y la balanza termina de inclinarse con un final soso y absolutamente anticlimático. En definitiva, una obra menor que no logra estar a la altura de los nombres que la firman.
