‘Libertad’ y ‘Seis días corrientes’, el cine español en la edición 66 de la Seminci

Este año, en la Sección Oficial de la Seminci, tenemos dos películas españolas que poco tienen que envidiar a las películas de grandes autores que competirán junto a ellas en esta edición. Además, ambas nos llegan de la mano de dos jóvenes directoras catalanas: Clara Roquet y Neus Ballús. Nombres a tener en cuenta en la temporada de premios.

A pesar de ser películas muy diferentes, ambas hablan de cierta manera del privilegio y de cómo esa diferencia de clases se vive en la España actual, marcando la barrera entre aquellos que sirven y aquellos que son servidos. Dos caras de una moneda que cada vez se ve más diferenciada.

‘Libertad’ de Clara Roquet

Nacer en una u otra clase social es lo que realmente define tu futuro. La meritocracia es uno de los engaños más asentados en nuestro mundo. De eso habla ‘Libertad’, que a través de la amistad que surge entre dos niñas, podemos ver las grandes diferencias que las separan. Y, como al final, por mucho que rechacen sus orígenes, es el estatus social el que para bien o para mal que acaba definiéndolas.

La directora, Clara Roquet, a expuesto más de una vez el problema del privilegio en el cine español. Y si bien ella misma se identifica como privilegiada, sí que quiere que gente con menos posibilidades puede acceder a hacer cine. Porque si al final el cine siempre lo hacen los mismos, qué legado vamos a dejar a la sociedad. Y nuestra cultura no puede basarse en el punto de vista de unos pocos, sino que debería poder hablar con criterio de la verdad de la mayoría.

‘Seis días corrientes’ de Neus ballús

En ‘Seis días corrientes’ nos encontramos una película que utiliza nuestro costumbrismo para llevar al espectador tanto a la carcajada como al corazón. Pero no es tanto por lo que cuenta, sino por los protagonistas. En Seis días Corrientes un grupo de fontaneros tendrán que aprender a convivir entre ellos, a pesar de sus diferencias, mientras arreglan lavabos en las afueras de la ciudad de Barcelona.

Neus Ballús, la directora, ha decidido contar con fontaneros reales en vez de actores para que den más verdad a su película. Y desde luego ha encontrado en Valero su musa. Un personaje cargante y «cuñado» al que a pesar de sus defectos y su falta de tacto, logra encontrarle su lado más humano.

Lo mejor de la película es lo divertida que resulta sin necesidad de ser una comedia. Y es que el costumbrismo español es una de nuestras señas de identidad, y es una pena que no se aproveche más en el cine de academia que tan de moda se apuesto en los últimos años.

Foto del autor
Sergio de Lara
Critico todo, pero especialmente cine