‘The Post: los archivos del Pentágono’, una película importante en la era Trump donde el miedo está ganando a la verdad.
Qué necesario es ese periodismo arriesgado, el que trata de informar y no bailar las aguas a los poderosos usando la palabras para manipular la verdad y someter a los ciudadanos. Un periodismo en pro de los gobernados y no de los gobernantes. Un periodismo que no se vende al sensacionalismo barato, que consigue buscar la verdad y no solo la noticia. Spielberg nos ha devuelto esa fe perdida, esas ansias de conocimiento y reivindicación a través de la libertad de prensa, esa reconciliación con una profesión que ha perdido su esencia.
En 1971 salieron a la luz pública una serie de papeles filtrados del Pentágono que demostraban que la guerra de Vietnam estaba perdida desde el principio, enviando a centenares de jóvenes a la muerte porque ‘Estados Unidos nunca se rinde’. Miles de soldados que no regresaron a casa y familias destrozadas para que el gobierno no perdiera el poder y la credibilidad. Unos papeles que mostraban las mentiras de un gobierno durante cuatro décadas, y que periódicos como The New York Times o The Washington Post se jugaron el cuello para publicarlos.
El comienzo de ‘The Post: los archivos del Pentágono’ es prometedor, con un diario comarcal en declive esperando sacar la noticia boda de una de las hijas de Nitxon. Pero con toda la redacción a la espera de conseguir una primicia alejada de trajes de novia y pasteles de boda. Y la oportunidad llega por medio de una hippy en una caja de zapatos. Los archivos del Pentágono, secretos de estado que aparecen en la mesa del redactor jefe de The Washington Post. Una oportunidad de lanzar el periódico a nivel nacional y de contar una verdad dura de oír pero necesaria.Una arriesgada maniobra que tendría a todo el gobierno de EE.UU. en contra acusándolos de espionaje.
Una historia basada en hechos reales donde no solo el periódico estaba en juego, sino la integridad personal de los dos protagonistas. Ben Bradlee (Tom Hanks), el redactor jefe, pudo haber perdido su trabajo. Pero peor fue para Katherine Graham (Meryl Streep), la directora del periódico, que se jugaba su reputación, su empresa y su legado. Estamos halando de una época en la que nadie confiaba en ella para asumir un puesto de tal calibre, un puesto que le llegó a los 45 años sin previo aviso, y por el que sus propios trabajadores no paraban de menospreciarla. Insegura de sus propias capacidades y con la presión de la sociedad machista en su contra, se sobrepuso a la adversidad dando una lección a aquellos que la subestimaban y dejando claro cuál era su papel en el periódico.
Y qué mejor para contar esta historia que tres grandes pilares del cine americano. Steven Spielberg que vuelve en su mejor forma dando una magistral clase de dirección, Tom Hanks, al que le papel le queda a medida y por último Meryl Streep, simplemente maravillosa con una nominación a los Oscars llamando a su puerta. Aunque no todo el proyecto ha corrido a cargo de grandes nombres; la por ahora desconocida Liz Hannas’s, ha conseguido hacer su sueño realidad llevando a la gran pantalla uno de sus primeros trabajos como guionista.
‘The Post: Los archivos del Pentágono’ nos recuerda la importancia de la libertad de prensa, y hace hincapié en cuál es realmente la labor de un periodista, informar. Una película importante en la era Trump donde el miedo está ganando a la verdad.
