‘Sin rodeos’ es una comedia simplona aunque simpática, que tira de clichés y exageraciones sin perder el toque realista.
Parece increíble que el creador, director y protagonista de las cinco películas de la saga Torrente, haya cambiado de bando en pantalla, dirigiendo una película a priori feminista, con una mujer como protagonista. Santiago Segura ha decidido darse de bruces con la realidad y contar el ninguneo al que las mujeres se ven sometidas en la vida pública y privada, en el trabajo y en la familia, ante su jefe o marido.
Un novio aprovechado, un jefe caradura, una influencer que le pisa en el trabajo, la amiga egoísta que solo se preocupa de sus problemas triviales y una hermana al que le preocupa más la salud de su gato que la de de su familia. Y en medio de todo, Paz (Marivel Verdú), que a sus casi cuarenta años se da cuenta de que todo en su vida se viene abajo y tomará medidas desesperadas para cambiar su situación . Tan desesperadas que acabará recurriendo a un curandero hindú, interpretado por Santiago Segura, que le recetará una extraña pócima con la que logrará dar un giro a su vida de ciento ochenta grados.
‘Sin rodeos’ es una comedia simplona aunque simpática, que tira de clichés y exageraciones sin perder el toque realista. Incluyendo personajes que conocemos e identificamos, con otras caras y en otros contextos, pero a los que seguro nos gustaría decir más de una cosa a la cara.
El problema es que no arriesga, decide coger el camino fácil y mantenerse constantemente en él. Solo en contadas ocasiones sale el toque que Santiago Segura da a sus películas, incluyendo algún que otro cameo como el de José Mota o Cañita Brava, o momentos ‘frikis’ como la fiesta o el anuncio espiritual en televisión. Para el resto de la película ha decidido optar por lo comedido, tanto que le sobra corrección y le falta imaginación.
Maribel Verdú es la protagonista indiscutible de esta historia de amor propio. Una actriz intachable que sobresale en cada escena por encima del resto. Y tanto en los momentos en los que se siente hundida o en los que se hace fuerte ante la adversidad, es ella la que con una mirada o un gesto nos deja claro cómo se encuentra en realidad. También destacar a Candela Peña, que con un papel pequeño, consigue hacerse grande cada vez que aparece en pantalla.
‘Sin rodeos’ es menos valiente de lo que nos habría gustado. Una comedia entretenida que peca de ingenua, mientras trata de mostrar una realidad que por desgracia conocemos. A Santiago Segura le ha faltado garra y determinación para que la conclusión en vez de una huida, se convierta en un camino de descubrimiento, no para los protagonistas, sino para el propio público.
