Los espectadores encontrarán en ORO un tesoro de nuestro propio cine.
A finales del siglo XVI, una expedición española se adentra en los más recóndito de la selva amazónica para tratar de descubrir ‘El dorado’, una ciudad que según las leyendas, tiene tanto oro que hasta los tejados de las casas se cubren con el preciado material. La obtención de fama y fortuna lleva a los expedicionistas a arriesgar sus propias vidas haciendo todo lo que sea necesario para conseguir su cometido.
ORO se trata de una aventura al corazón del peligro, donde los enemigos puede aparecer en cualquier momento y lugar. Desde los indígenas, defensores de sus tierras y hogares, hasta los supuestos aliados, que ven en el repartimiento de riqueza una excusa para deshacerse de sus propios camaradas.
La buena dirección y el guion de ORO, a cargo de Agustín Díaz Yanes (‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’), ayudan a sumergirnos por completo en la película, con un ritmo envidiable que impide que el espectador desconecte de la historia y se pierda en la travesía, a pesar de la cantidad de tramas y personajes que aparecen y desaparecen de principio a fin. Además se percibe con intensidad la tensión de la aventura, el miedo, la codicia, la envidia, el odio y por qué no, el amor.
La película nos habla de la España de Carlos I desde la lejanía y el recuerdo de aquellos que ya la abandonaros, y que han ido a las américas a la espera de una vida mejor. Con un gran número de personajes varipopintos y de provincias muy diferenciadas, que hará que las pequeñas diferencias se conviertan en grandes, pero no para los espectadores, que percibirán la cercanía de conocer lo que están viendo.
El reparto es fantástico, destacando a Barbara Lenni, Oscar Jaenada, José Coronado y Raúl Arévalo, pero no desmereciendo al resto de secundarios, que ayudados por una caracterización excepcional, nos transportan a la época y nos arrastra por la selva con los trajes manchados de barro y las ballestas a punto de desenfundar
Por no hablar de la fotografía y la ambientación, todo grabado en los montes de Anaga en Tenerife, que desprenden una atmósfera de belleza embriagadora que perfectamente podría ser el mismo Amazonas, con sus peligros y misterios envolviendo a la camaradería.
ORO es sin duda una de las mejores producciones españolas de lo que va de año. Una auténtica aventura que bebe del cine clásico de exploradores y que aprovecha nuestra propia historia sacando el máximo partido al relato homónimo de Arturo Perez Reverte en el que se inspira. Esperamos que los espectadores consigan encontrar en ORO un tesoro de nuestro propio cine.
