Crítica de Megalodón [The Meg]: este pescado no está fresco

Megalodón  lo tenía todo para convertirse en el blockbuster de este verano, y lo ha echado a perder al no arriesgar con más sangre y destrucción.


Desde que Spielberg en 1975 creara el pánico en la gran pantalla con ‘Tiburón‘, nadie ha vuelto a nadar tranquilo en el mar sin mirar de vez en cuando qué se cuece en el fondo. Por eso no es de extrañar, que  en 2018 hayan querido convertir de nuevo el mar en el escenario del crimen, y por qué no, alardear de tener un tiburón aún más grande y letal: el megalodón, un animal extinto que regresa a la vida para ponerle las cosas complicadas a Jason Statham.

Tras una exploración submarina para encontrar el punto más profundo del océano, el equipo ocupado de cumplir la misión es  atacado y encallado en el fondo sin posibilidad de subir a la superficie. Solo un hombre será capaz de rescatarlos de las profundidades. Así es como Jason Statham llega a la misión para convertirse en el héroe de inmediato. Pero una vez allí, descubren que no están solos en el mar y el ser que les ha atacado es más peligroso y letal de lo que habían imaginado, y sobe todo, está menos extinto de lo que pensaban: un megalodón. Así es como comienza la lucha del hombre y el mar.

crítica the meg (megalodón)
Imagen de ‘The meg’ (Megalodón)

Megalodón podía haberse convertido en el ‘placer culpable’ de este verano. El monstruo refrescante que amenizara una tarde en el cine, para disfrutar de la acción sin pensar en el trasfondo. La oportunidad perfecta de ver como un bicho de casi 20 metros se pegaba un banquete en la playa mientras hacía pedacitos a más de uno. Pero no, su calificativo +13 y sus más que predecibles intenciones de vender la película al mercado chino, convierten a Megalodón en una película blanca, vacía y sin emoción.  Una manera de desaprovechar a un animal letal y convertirlo en un una trucha con mala leche.

El primer fallo de Megalodón es precisamente no presentar al Megalodón hasta ya muy avanzada la película. Centrándose demasiado en el equipo de exploración y sobre todo en Statham, al que vemos ir y venir con sus aires de héroe como si fuera la verdadera atracción de la película. Sin embargo, el magatiburón queda relegado a un segundo plano, y cuando por fin se centran en él, no tiene la letalidad suficiente para interesarnos lo más mínimo.

crítica the meg (megalodón)
Jason Statham ganando al Megalodón en la batalla más importante, los minutos en pantalla

Los diálogos y el humor son ridículos, pero eso sí que lo esperábamos de la película, el problema es que hay demasiadas escenas donde los personajes hablan para la gloria de Statham, que ya dejo de actuar hace años para convertirse en el ‘hooligan‘ de cualquier película que protagonice. Y sin embargo el personaje más innecesario e incómodo es justamente la niña pequeña, que aún no entendemos muy bien qué hace inmersa en una operación supuestamente letal. Al menos tenemos alguna escena de pelea mano a mano, o mejor dicho, mano aleta, entre Statham y el Megalodón, que consigue que respiremos un poco de tal ahogamiento de guion.

Megalodón podía haberse convertido en el blockbuster de este verano. Un presupuesto más que aceptable, un protagonista que vende y el pez marino más letal que ha habido alguna vez sobre la faz de la tierra. Pero se olvida completamente de una gran parte de su público, en el que nos incluimos, y menosprecia la atracción de la sangre para sumergirnos por compelo en un proyecto, donde el verdadero peligro, es dejar más minutos de la cuenta a Statham frente la cámara sin acción a su alrededor.

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