Crítica de ‘Killing Eve’: una partida de ajedrez entre reinas

Killing Eve nos presenta una partida de ajedrez entre reina y reina, donde las demás piezas no tiene cabida.

No hemos presenciado relación más inquietante entre asesino y policía que la que vivimos con Hannibal durante tres temporadas. Dos hombres perturbados, muy diferentes y muy parecidos a la vez, entre los que se creaba una relación platónica donde la amistad les convertía en víctimas y verdugos de sus propios sentimientos. Killing Eve vuelve con esa misma fórmula, en versión femenina, pero con la misma conexión, admiración y rechazo entre captor y fugitivo; mucho menos siniestra y oscura, pero con un objetivo parecido.

Una joven asesina a sueldo contratada para acabar con miembros de las altas esferas. Una policía tratando de detenerla mientras lidera una operación en secreto. Dos mujeres enfrentadas, cada una en un lado de la balanza, pero con más puntos en común de lo que parece a simple vista. Así comienza esta aventura, que nos sumerge en una peligrosa persecución donde no está muy claro quién es la cazadora y quién la cazada.

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Villaneille en ‘Killing Eve’

Pero no es la caza lo que nos atrapa de la serie, ni los asesinatos, ni la investigación. Lo que nos atrapa son ELLAS, las dos por igual, cada una en su papel, pero ambas siendo la heroína y la villana de una serie que nos arrastra por diferentes rincones de Europa a través de sus crímenes.  Creándose entre ellas una extraña conexión que las empuja a continuar el juego, sin importar el peligro que corran con cada tirada de dados, y  avanzando un poco más la una hacia la otra de capítulo en capítulo.

Desde el minuto uno no nos cabe duda de que Villanelle (Jodie Comer) es una psicópata de cuidado. La intensidad de su mirada, con grandes ojos de loca y sonrisa diabólica, trastoca sus facciones dulces y delicadas. Y su falta de empatía y humor negro, le dan una personalidad fría, oscura y risueña a la vez. Contrastes que provocan los momentos más surrealistas e icónicos de ‘Killing Eve’, como su visita psiquiátrica con vestido rosa pomposo, o sus citas con el estudiante español al que tenía menos aprecio que al propio vestido.

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Eve Polastri en ‘Kiliing Eve’

Pero Eve Polastri (Sandra Oh) no se queda atrás. Inteligente, perspicaz, trabajadora, impuntual, divertida, ingeniosa y descuidada. Es uno de esos personajes a los que acompañar en cada capítulo se convierte en un auténtico placer, y curiosamente porque es una persona corriente, con sus virtudes y defectos expuestos encima del tablero, sin tener que demostrar nada a nadie, sino haciendo lo que más le gusta, ser policía.

Killing Eve nos presenta una partida de ajedrez entre reina y reina, donde las demás piezas no tiene cabida. Uno de los estrenos más atractivos de abril que nos brinda HBO, junto con la vuelta de Westworld y The Handmaid’s Tale, al que seguramente seguiremos la pista muy de cerca cada lunes.

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La Claqueta Metálica
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