‘Cada día’ parte con buenas intenciones, pero que se queda en la linea de salida, sin dar un paso más en favor de la diversidad.
¿Te enamorarías de una persona que cambia de cuerpo cada día? Con esta idea se presenta ‘Cada Día‘, la nueva comedia romántica del director de ‘The vow‘ que quiere ganarse al público adolescente a través de una idea original y un mensaje tolerante, aunque con un desarrollo torpe y una conclusión sacada de la manga.
A. es un ente que cada día se despierta en el cuerpo de una persona diferente, con la particularidad de que todos tienen edades parecidas y viven en un área cercana. Durante ese día que usurpa el cuerpo de un desconocido, trata de dejar su vida intacta sin alterar su cotidianidad. Pero cuando conoce a Rhiannon, una adolescente de 16 años de la que se enamora de forma instantánea, todas esas reglas autoimpuestas dejen de tener sentido.
Una película con mejores intenciones que resultados, que toca temas trascendentales, pero envueltos en una nube de algodón y en una aurora de los políticamente correcto, que acaba quitando fuerza a los problemas reales. Y ese es precisamente su mayor problema, que no arriesga, quedándose en la zona de confort y convirtiendo su propia lección en una vanalidad.
Cada nuevo cuerpo en el que despierta está específicamente diseñado por los guionistas. Curiosamente los días en los que A intima con Rhiannon, se despierta como un chico de proporciones atléticas. Y aquellos en los que no pasan de la primera base, el aspecto tiene un tono más aleatorio. Que si bien es una reacción lógica, queramos o no el físico cuenta; es justamente lo contrario lo que la película quería mostrar.
Además le falta humor, picardía y situaciones gamberra. Tiene un tono tan exageradamente dulce e inocente que no conseguimos apreciar la conexión entre los jóvenes, con citas que parecen sacadas de un catálogo de ropa, con burbujas, bengalas y risas forzadas mientras corretean por escenario tan clásicos como poco originales: la playa, la cabaña en el bosque o un campo de fútbol americano al atardecer.
‘Cada día’ parte con buenas intenciones, pero que se queda en la linea de salida, sin dar un paso más en favor de la diversidad. Una película moldeada para que se adapte a los parámetros más comerciales, que acaba por destruir su propio mensaje, hasta el punto de convertir ‘la belleza está en el interior’ en un ‘ojalá te despiertes en el cuerpo de un modelo porque sino lo llevas crudo, amigo’.