“ Redención está lejos de ser una gran película, pero al menos es lo suficientemente buena para entretener a los fans del género.»
Decía Mayweather que, en el boxeo, lo importante no es lanzar muchos golpes. Sino que cuando lo hagas, aciertes de lleno. Una lección que bien le habría venido aprender a Fuqua antes de rodar “Redención”. Pues su película está cargada de momentos emocionales que nunca llegan a golpear al espectador.
Jake Gyllenhaal protagoniza esta historia sobre un boxeador en la cima de su carrera. Un campeón del mundo en su peso, con una esposa e hija que le quieren, y rodeado de dinero y lujo en todos los ámbitos de su vida. Todo parece ser perfecto hasta que un día, diversas circunstancias vitales harán que termine por tocar fondo. Por lo que se verá obligado a luchar para recuperar su antigua vida.
Si vendieran un cursillo por fascículos sobre cómo hacer una película de boxeo, el resultado sería, seguramente, algo parecido a “Redención”. La historia pasa por absolutamente todos y cada uno de los clichés del género. Ofreciendo un resultado que, pese a no ser necesariamente malo, carece por completo de alma.
Y, si la trama resulta predecible, el estilo de narración tampoco ayuda demasiado. Fuqua parece esforzarse para encontrar, en todo momento, la forma más obvia de contarnos lo que está sucediendo. Llegando a su apogeo en las escenas de combate. En las que podemos escuchar la voz del comentarista que, en lugar de comentar la pelea, nos relata los sentimientos del protagonista. Por si acaso algún espectador despistado no había entendido del todo el tremendo drama personal que estaba presenciando.
Sin embargo, si algo debemos reconocerle a la película, es que al final termina funcionando. Y por mucho que todo sea previsible, o que a veces se pase de explicativa, no podemos evitar ponernos del lado del protagonista cuando éste sube al ring.
“Redención” está lejos de ser una gran película, pero al menos es lo suficientemente buena para entretener a los fans del género. Para los demás, solo queda disfrutar de la gran interpretación de Jake Gyllenhaal, y lamentar que este buen reparto se desperdiciara en unos personajes tan planos.
