En Abracadabra se estremezcla la comedia, el drama y el thriller creando una atmósfera única y extraña en la que Pablo Berger parece haberse encontrado cómodo.
Pablo Berger hizo lo imposible hace unos años. Dirigió una película en blanco y negro muda, y consiguió la alabanza del público y la crítica haciéndose hasta con diez Goyas. Pero si algo tiene claro el director vasco, es que le gusta cambiar de registro. Repetir la misma fórmula no es su estilo. Si Blancanieves fue rodada en blanco y negro, Abracadabra tenía que tener colores chillones. Si Blancanieves era muda, Abracadabra debía ser ruidosa. Y si en Blancanieves sus personajes eran elegantes y elitistas, Abracadabra tenía que llevar lo choni por bandera.
En Abracadabra estamos ante un esperpento donde se reúnen los aspectos más castizos de los barrios españoles exagerados hasta la extenuación, junto a un profundo estudio del ser humano escondido entre toques horteras. Carmen (Maribel Verdú) está encerrada en un matrimonio con un hombre que no le valora. Pero cuando su marido Carlos (Antonio de la Torre) se ofrece como voluntario a una sesión de hipnotismo, su actitud comenzará a cambiar, y curiosamente hacia mejor . A partir de ahí tratará de adivinar qué está sucediendo y a replantearse qué es lo que realmente necesita en su vida.
La película es una mezcla de géneros comenzando por la comedia, continuando con el drama, añadiendo thriller y acabando por todo lo grande. Todos los géneros se entremezclan creando una atmósfera única y extraña en la que Pablo parece haberse encontrado cómodo. Lo que comienza siendo una banalidad acaba forjando una dura visión de la vida, el matrimonio, las relaciones personales, la locura y el amor propio.
Maribél Verdú está espléndida, demostrando que puede con cualquier papel que se le ponga delante. Porque estamos ante la protagonista de Abracadabra, que no os engañen los trucos de magia, ella es el verdadero regalo que nos deja la película. Antonio de la Torre vuelve a dejar claro por qué es uno de los actores más codiciados en la industria. Y José Mota por su parte, hace exactamente lo que se espera de él, dando vida a un personaje excéntrico y cómico.
Pero una película tan arriesgada también tiene sus «peros». Algunas escenas, son tan esperpénticas que sobrepasan lo ridículo. Y el comienzo, como si de un truco se tratara, te lleva por un camino engañoso que puede acabar perdiendo al espectador Aún así es el conjunto el que realmente merece la pena, y lo verdaderamente triunfal de la película, es cómo crece y se refuerza a medida que pasan los minutos hasta llegar a a un final redondo.
Si bien es cierto que es complicado recomendar una película como ‘Abracadabra‘, sobre todo porque es posible que el espectador se quede atrapado en la primera capa. También habrá quienes puedan disfrutar del camino por el que te guía, profundizando en su verdadera esencia. Y cuando el truco sea desvelado, cada espectador será libre de dejarse llevar por la magia o solo por envoltorio.
