Análisis ‘BLACK MIRROR’ 5×03- Rachel, Jack and Ashley Too: Explicación del final con spoilers


El capítulo 5×03 de Black Mirror tiene como protagonista a Miley Cyrus y desde luego no es casualidad. Miley Cyrus comenzó a actuar a la edad de 12 años. Su fama llegó con el papel de Hanna Montana, una estrella infantil que tenía una doble vida e intentaba alternar su fama con una infancia normal. Algo que en verdad emulaba su propia vida. Pero hace unos años Miley decidió matar a Hanna de forma radical. De un día para otro cambió de estilismo, hábitos y  música para dejar de lado a la niña Disney y convertirse en una artista con personalidad propia. No todos llevaron bien que la estrella infantil de repente fumara porrors, dijera palabrotas e hiciera twerking en sus conciertos. Pero ella quería romper su imagen y renacer. Y viéndola hoy en día podemos decir que le funcionó de maravilla.

Por eso tiene tanto sentido que sea ella la elegida para protagonizar el tercer capítulo de Black Mirror, porque de alguna forma cuenta su propia experiencia o parte de ella. De hecho, paga la factura de la fama de forma continua. Hace solo unos días fue asaltada por un fan en su paso por Barcelona, y eso solo es un ejemplo de lo que debe soportar continuamente por ser una cara conocida y venerada.

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BLACK MIRROR 5X03, LA SOLEDAD DE LA FAMA

El capítulo nos cuenta dos historias que acabarán interrelacionándose. Por un lado tenemos la de Ashley O (Miley Cyrys) y su mundo oscuro vestido de color de rosa, con una tía abusiva capaz de todo para su propio éxito. Hasta el punto de inducir un coma a su sobrina para poder seguir lucrándose con su imagen sin necesitarla a ella.

Y por otra la de Rachel (Angourie Rice) y Jack (Madison Davenport), dos hermanas con poco en común que no han afrontado aún la muerte de su madre. Mientras que una de ellas se refugia en su música, la otra lo hace en su cantante favorita Ashle O.

La nota tecnológica en esta capítulo viene en forma de robot: Ahley Too. Un pequeño dispositivo capaz de emular a la propia Ashley y que se convierte en la mejor amiga de Rachel instantáneamente y una pesadilla para Jack.

Ashley O y Ashley Too en Black Mirror 5×03: Rachel, Jack and Ashley Too

LA CONEXIÓN CON SAN JUNÍPERO

El  que seguramente sea el mejor capítulo de todas las ediciones de Black Mirror, y aquel que además le llevó a ganar un Emmy como mejor película de televisión es San Junípero. Un Sistema virtual en el que las personas se conectaban para vivir experiencias que parecían reales pero sin límites físicos. Y una oportunidad para seguir viviendo de forma cibernética una vez el cuerpo moría. Una segunda vida tras la muerte, al menos, para tu conciencia.

El capítulo Black Mirror 5×03 nos cuenta que lo que se utilizó para crear los pequeños dispositivos Ashley Too fue la misma tecnología con el que se copiaba la conciencia en San Junípero antes de trasladarla al megaordenador. Así es como trasladaron la conciencia de Ahley O a cada pequeño robot que fabricaron, aunque eso sí, limitando la capacidad cerebral a un 4% para que actuara tan amable y condescendiente como lo hacía la real con los fans. Una forma de vender esa imagen impostada que queremos ver siempre de los famosos.

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ENCERRADAS EN EL CUERPO

Lo que vivimos con Ashley en coma y con el pequeño dispositivo Ashley Too es en verdad un paralelismo. Ambas están encerradas y limitadas para vender más, ella en coma y el aparato limitado el 4% de su actividad cerebral. Obviamente no nos acabe duda de lo que han hecho a Ashley es un crimen, pero, ¿y lo que han hecho al dispositivo regulándole la capacidad al 4% y encerrando una conciencia humana?

De nuevo volvemos a estar en límites éticos confusos donde la tecnología ha avanzado más allá de nuestra comprensión. Pero recordando lo que se nos expuso en San Junípero, en verdad están encerrando una mente con conciencia propia de por vida dentro de un aparato. Una forma de esclavismo donde el capitalismo llega a su máxima expresión.

Ashley O (Miley Cyrus) en Black Mirror 5×03: Rachel, Jack and Ashley Too

LA TECNOLOGÍA DESAPROVECHADA

La pena del 5×03 de Black Mirror es que no aprovecha todo el material que tiene y no expone con claridad los dilemas éticos que encierra la tecnología de la que habla. Al final nos quedamos con que Ashley O se libera de su tía y que cambia drásticamente de música. Nos quedamos con la estética luminosa y con lo gracioso que es el pequeño robot. Nos quedamos con dos hermanas que aprenden a superar sus problemas y se convierten en amigas.

Pero el capítulo de Black Mirror 5×03 podía haber trascendido mucho más allá de la simple curiosidad. Estamos hablando de una conciencia impresa y encerrada. Un sistema que piensa, siente y reacciona ante estímulos, a la que se le ha reducido su capacidad intelectual al 4% para ser el muñeco que desean.

Sobre todo, es más impactante porque en San Junípero nos quedamos con la idea de que las personas vivían para siempre en una realidad virtual. Y ahora esa impresión de la conciencia es copiada una y otra vez y encerrada en un pequeño aparato.

De hecho nos surge otra duda moral. Incluso si tú cedieras tu imagen para duplicarte, ¿sería ético que esa nueva conciencia copiada de tu propia personalidad fuera víctima de tus decisiones? Al final, en el momento en el que se copia y separa de ti, es un ente individual.

Teniendo todo esto en mente, quizás por esa razón el capítulo ha sido tan decepcionante, porque no han sabido sacar jugo de su propia idea. Es una conclusión descafeinada a una temporada que no ha sabido llevar la marca Black Mirror ni su esencia a la pequeña pantalla. Una pena, aunque siempre habrá que dar une nueva oportunidad a una serie que nos ha dado mucho que pensar durante cuatro temporadas.

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La Claqueta Metálica
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